google

Ediciones en CD:

emblemas

• Libros de Emblemas Españoles. Edición Completa

• La Edad de Oro de la Emblemática Europea

• Emblemas de Wither & Rollenhagen

• Alciato, Emblemata. Edición Crítica

• Emblemas de la Compañía de Jesús

• Libros de Empresas Renacentistas

• Repertorios Barrocos de Empresas

símbolos

• Jeroglíficos

• Simbolismo Animal

• Mitografías

numismática

• Numismática Renacentista

• Obras Completas de Hubert Goltzius

sabiduría proverbial

• Los Adagia de Erasmo y sus fuentes

diccionarios

• Covarrubias, Tesoro de la lengua española

obras completas

• Baltasar Gracián

Tesoros de Kalocsa

• Salterio MS 382
c. 1438

 

Horapolo

(s. V. d. C)

Sabemos de Horapolo a través de Suda, que lo menciona en ω 159 (Ὡραπόλλων) como líder de una de las últimas escuelas paganas de Menouthis, cerca de Alejandría, bajo el reinado del Emperador Zeno (474-491), de donde tuvo que huir al verse involucrado en una revuelta contra los cristianos. Su escuela fue clausurada, su templo de Isis y Osiris destruido y él, tras ser torturado, se convirtió finalmente al cristianismo.

Sin embargo, en la misma entrada, Suda alude a otro Horapolo —probablemente tío del anterior—, un gramático de Phanebytis durante el reinado de Teodosio II (408-450) que enseñó en Alejandría y Constantinopla. Desde el siglo XVI, a él le suelen ser atribuidos los Hieroglyphica. Hubo otras tradiciones fantasiosas que adscribían la obra a un rey de Egipto, Horus, hijo de Osiris, o hasta al mismo dios Horus, como puede leerse en la portada de la traducción del manuscrito de Nostradamus (ed. de Rollet, 1968): «Horapolo, Hijo de Osiris, Rey de Egipto».

Con otros fragmentos de Suda se reconstruye el mundo intelectual de Horapolo: selectos círculos filosóficos, de una refinada educación, que recogían con cuidado las últimas trazas del pasado egipcio, y admiraban las reliquias de los antiguos cultos, reinterpretando ese legado a la luz del neoplatonismo contemporáneo. Antes de Horapolo, la cultura egipcia, y con ella el conocimiento de los jeroglíficos, la habían propagado en griego Manetho, Bolos de Mende, Apión y Cairemón. Todas sus obras, que han sobrevivido solo fragmentariamente, se escribieron en el mismo estilo que los Hieroglyphica de Horapolo, único tratado antiguo completo sobre los jeroglíficos egipcios.

Los Hieroglyphica

Los dos libros de los Hieroglyphica, suman las interpretaciones de 189 jeroglíficos: el Libro I describe 70, y el Libro II 119. En el Renacimiento se consideraron, en general, como verdaderos caracteres egipcios, y aunque su autenticidad fue puesta seriamente en duda durante los siglos XVII y XVIII, la egiptología actual reconoce que el Libro I en su totalidad y alrededor de una tercera parte del Libro II se basan en signos reales de la escritura jeroglífica. No obstante, las interpretaciones no atienden a su significado funcional en el sistema escrito egipcio, sino a un presuntamente más elevado desciframiento moral, teológico o natural de la realidad, en un sentido idéntico al desarrollado por las mismas fechas en el Physiologus. Este género de relectura simbólica de los jeroglíficos —«jeroglíficos enigmáticos» los llaman Rigoni y Zanco (1996)— fue muy popular en el último período helenístico. No nos extraña que tantos humanistas del Renacimiento —para quienes todo esto era ya familiar desde Lucano, Apuleyo, Plutarco, Clemente de Alejandría y, especialmente, la Enéada V de Plotino– admitieran en los Hieroglyphica una genuina conexión con la más alta sabiduría.

La parte no jeroglífica de los Hieroglyphica —caps. 31-117 del Libro II— puede haber alentado más aún este tipo de lectura al incluir la alegorización animal basada principalmente en Aristóteles, Eliano, Plinio y Artemidoro. Estos renovados símbolos fueron añadidos al material original por el traductor griego, que en la introducción al Libro II afirma explícitamente que son «interpretaciones de signos recogidos de fuentes diversas».

El manuscrito de los Hieroglyphica llegó a Florencia, desde la isla de Andros, de la mano de Cristoforo Buondelmonti en 1422 (hoy se custodia en la Biblioteca Laurenziana, Plut.69,27). A pesar de recibirse primero en un estrecho círculo de humanistas florentinos del siglo XV, su contenido se haría realmente popular a finales de la centuria, cuando se extendió la nueva sensibilidad representada por la Hypnerotomachia Poliphilii de Francesco Colonna (escrita hacia 1467 y publicada en Venecia por Aldo Manuzio, en 1499). La editio princeps, en griego, de los Hieroglyphica, fue publicada por Manuzio en 1505 y vio más de 30 ediciones y traducciones durante el XVI, adaptaciones y comentarios aparte.

Los Hieroglyphica ofrecían un tesoro de nuevas alegorías que los humanistas aprovecharon bien directamente en sus obras —como el famoso Ehrenpforte, de Alberto Durero— o, más comúnmente, a través de la compilación muy completa y sistemática que hizo Giovanni Pierio Valeriano, también titulada Hieroglyphica (princeps de 1556). Pero la auténtica relevancia del libro de Horapolo fue, sobre todo, instaurar un nuevo y difundido modelo de comunicación simbólica. A partir de la referida Enéada V.8 de Plotino, más los comentarios de Ficino, se entendió la representación jeroglífica como una forma inmediata, total y casi divina de conocimiento, opuesta a la mediata, incompleta y temporal propia del lenguaje discursivo. Estas ideas inspiraron no solo a Ficino o Giordano Bruno, sino a Erasmo, Athanasius Kircher e incluso a Leibniz. Por otra parte, esta obra implantó la moda de «escribir con signos mudos» (Alciato) —como se expone en tantos prefacios de libros de emblemas—, contribuyendo así de manera decisiva a la evolución y popularidad del género emblemático. De hecho, según ya señalaba Mario Praz, los emblemas se vieron normalmente en este período como equivalentes modernos de los signos sagrados egipcios.

 

Studiolum publica en su web el texto completo de la edición de 1547 de los Hieroglyphica,  única traducción al italiano antes del siglo XX.

Jeroglífico 1.6 en varias ediciones:

París: Kerver 1543
(primera traducción francesa, y primera edición ilustrada):

Quant ilz vouloient denoter dieu ou hauteur, ou depression & bassesse, ou excellence, ou sang, ou victoire, ou Mars & venus. Ilz paignoient vng aigle, signifiant Dieu pource que cest vng oyseau qui fort multiplie & vit longuement aussi il semble y auoir quelque effigie & similitude du soleil pource que seul entre tous les autres oyseaulx laigle tient les yeulx fermes & ouuer contre les rais du soleil & a ceste cause les medecins aux remedes des yeulx vsent de lherbe de laigle quilz appellent hieracea. Aucunesfoys ilz paignoient le soleil en forme dun aigle comme celluy par que nous voyons elle denote haulteur pour ce que quant elle veult monter en hault elle ne prent point son chemin de coste & a trauers comme les aultres mais volle droict contremont. Bassesse pource quelle font & descend de mesmes tout droict sans tournoyer comme font tous aultres oyseaulx. Excellence pource que en beaulte & noblesse elle excede tous les aultres. Sang pour ce quelle ne boit iamais eau mais sang. Victoire pource quelle vainct & surmonte tous oyseaulx & que se trouuant au combat si elle se sent & trouue foible elle se renuerse & mect les piedz contremont & deuers le ciel & se deffend de son ennemy lequel voyant quil ne peult faire le semblable se donne a fouyr.

Bolonia: Filippo Fasianino 1517
(segunda traducción latina):

DEum immortalem Aegyptii significare uolentes, altitudinem, humilitatem, excellentiam, sanguinem, uictoriam, Martem, et Venerem, Accipitrem notant, ac deum quidem primo eam ob causam significant: Quoniam animal id plurimae foecunditatis est diuque uiuit. Ad haec utique quia praeter omnia uolatilia solis Idolon ac simulacrum Accipiter esse credatur, eo quod solis radios acutissimo obtutu recte intuetur, Quamobrem medici quidem periti ad oculorum medelam Hieracia ab accipitris nomine herba denominata, utuntur, Inde solem quoque ceu dominum humani aspectus in accipitris formam nonnunquam pingunt. Altitudinem uero, quoniam caetera animalia cum in altum uolant oblique semper feruntur, quia recte uolare nequeunt, Solus uero Accipiter recto uolatu altiora petit. Humilitatem autem, quia reliqua animalia non recte uolantia secundum demissionem uadunt: sed oblique descendunt. Accipiter uero per rectitudinem certam ad humillima quaeque descendendo uertitur. Excellentiam, quoniam supra omne auitium genus: Accipiter longe excellere uidetur. Sanguinem, quandoquidem animal istud aquam in potum nusquam sumere sed sanguinem duntaxat bibere solitum memorant. Victoriam, Quia genus omne auium solus accipiter uincere creditur. Cum enim a robustiori ac fortiori quapiam aue sese premi ac superari senserit, illico in aere ita se supinum facit, ut ungues suos ad superiores partes reuoluat, Pennas uero ad posteriora corporis deorsum, assidue pugnando perstringat, hinc fit ut cum reliqua uolatilia ei in pugna opposita idem facere et paria esse nequeant, uicta relinquantur atque inferiora sint. Isque ipse accipiter ad uictoriam omnino perueniat.

MS de Michel Nostradamus (ca. 1543-47), ed. Pierre Rollet 1968:

Que voulaient signifier pour l'aigle

Quant ont vouloit monstrer dieu par puissance,
Dépression, haulteur ou exélence
Sang ou victoyre, l'aigle ont paignoit en rond,
Dieu pour ce que l'aigle est oyseau fécond
De longue vie comme oyseau non pareil
Et simulachre du souverain soleil

Pour ce qu'elle est d'exélente nature
Sur toutz oyseaulx voir le soleil s'asseure,
Ses hieulx intendz aux rayons sus les cieulx
Par quoy les mires aulx modelles des hieulx
Usent d'une herbe de l'aigle qu'ont voit métré,
Voir le soleil comme seigneur et maistre
Et largiteur de la vertu visive
Et prime cause par effect productive
Pour ce que quant hault au ciel vient monter
Pour hault monter ne prend chemin oblique
Mais contremont tout droit son vol aplique.

Venecia: Gabriel Giolito de Ferrari 1547 (primera traducción italiana):

COme uogliono dimostrare Iddio, ouero altezza, o abbassamento, o eccellenza, o sangue, o uittoria, [4v] dipingono un’Aquila. Iddio certamente, per esser questo uccello abbondante e di lunga età. Et ancho perche pare essere un simulacro del Sole, tenendo lei sola fra tutti gli altri uccelli gli occhi intenti uerso i raggi del Sole. E di qui uiene, che i Medici in uolere medicare gl’occhi adoprono un’herba, c’ha preso il nome dall’Aquila. E uolendo alcuna fiata dipignere il Sole, si come padrone del uedere, dissegnano la forma dell’Aquila. L’altezza, perche gli altri uolatili, quando uogliono uolare in alto, si piegano, non potendo uolar diritti: ma la sola Aquila uola sempre diritta in alto. E similmente significa abbassamento, percioche medesimamente gli altri uccelli discendono in la terra torti, e l’Aquila sola discende diritta. Et essendo l’Aquila da piu de gli altri uccelli, dimostra anchora eccellenza. Et oltra di questo il sangue, perche come dicono non beue acqua, ma il sangue. E superando lei gl’altri uccelli, significa per questo uittoria: perche quando ella combatte con un’altro, s’ella s’accorge d’esser uinta, si riuolta col corpo in su, & adrizza l’unghie, hauendo l’ali e il dorso uoltato alla terra: & in questo modo con gli altri guereggia: tal che non potendo fare’l simile il suo nimico, si pone uolontieri in fuga.

Basilea: Heinrich Petri 1554 (primera traducción alemana):

Gott. EIn anzeigung Gottes für zůschreiben malen sie disen vogel den Adler, darumbenn das der so fruchtbar vnnd langwürig.
Sonn. DArzů vermeinen sie das der Adler sey der Sonnen bild vnd warzeichen, dann vor anders gflügels ahrt, so sieht er gstracks inn die Sonnen ströumen hinein. Deßhalben die ärzt zů dem weethagen der augen, ein Kraut prauchen (ich liß hie ein stein, den man ἀετίτην nennet) derwegen so maalen sie zů zeitenn ein Adler, die Sonne, als ein herren des gsichts zůbedeüten. Darzů vergleichend sie den Adler der Sonnen, vmb diser vrsach willen, habendiro auch ine zůgeeignet, darumben das das weiblin, sich so offt ime das mändlin lockt in der geyle, das etwo biß in dreissig mal sich begibt, ghorsamet. Also die Sonn, so sie dreissig tag vmblaufft fült sie den Mon, vnd macht in scheynbar.
Hochheit. SO sie yemands hochachtend vnd als ein fürnemen anzeigen wöllen, so maalen sie auch ein Adler, vmb dessen willen, das das ander gflügel alles, so es sich in die höhin schwingen will, gleich beseits vnd krumb vmb vffharen muß, do der Adler schnůr schlechts vber sich steigt.
Vndertruckung. HIngegen bedeüt der Adler auch eins vndertruckten jamer, der etwa inn hohem ansehen gwesen, vnd gar in vnachtung kompt vff ein mal. Dann eben andere vögel auch, all gmach vnd schlimms, auß den lüfften sich nider lassen, do der Adler grad vnd schlechts nider scheüßt.
Adel. WO yemands höher dann ander leüt, vnd fürtrefflicher, wolten sie auch, der Adler zeigte dasselbige durch eigne ahrt an, wöllicher der edlest vnder allen voglen gehalten.
Blůtuergiessen. VNd darumben das der Adler (wie man sagt) allein mit plůt seinen durst löscht, kein wasser trinckt, haben sie groß plůtvergiessen dardurch bedeüten wöllen.
Sig. VNd überwindtlich, vnd gleich den ander vögeln allen, ist diser Adler überlegen, derhalben sie den sig durch dessen bild, für schreiben wolten. Ob aber ein anderer vogel ihm obläge, so legt er sich an rucken, whört sich mit den klauwen also liglingen, als dann mag ihm der feynd nimmer zů, würdt von dem erlegten gleich veriagt vnd überwunden.

Caussin, Electorum symbolorum et parabolarum historicarum syntagmata, ex Horo, Clemente, Epiphanio & aliis cum Notis & Observationibus, París 1618:

6. Quid accipitrem pingentes, innuant.

Deum quum volunt significare, aut sublimitatem, aut humilitatem, aut praestantiam, aut sanguinem, aut victoriam, accipitrem pingunt. Deum quidem tum quod foecundum sit ac diuturnae vitae hoc animal, tum etiam quòd Solis praeter caeteras volucres simulacrum esse videatur, vtpote peculiari quadam atque occulta naturae vi, defixis in eius radios oculis intuens. Atque hinc est, quod medici ad sananda oculorum vitia, hieraceo herba vtuntur. Inde etiam fit, vt solem interdum, tanquam visus autorem ac dominum, accipitris forma pingant. Sublimitatem vero, quia cum caetera quidem animantia, quoties in sublime tolli volunt, oblique ferantur, nec recta sursum euehi possint, solus accipiter recta in altum volat. Humilitatem porro seu delectionem, quod eadem ratione caeterae animantes non perpendiculi modo, sed velut ex transuerso & flexuose deorsum ferantur, solus accipiter directo ad inferiora viam carpat. Praestantiam, quod caeteris auibus praestare videatur. Sanguinem, quia animal hoc aiunt non aquam, sed sanguinem bibere. Victoriam demum, quod caeteras volucres vincere videatur. Quum enim robustioris animantis potentia se videt opprimi, tum sese in aëre ita resupinans, vt vngues quidem sursum, pennas vero ac posteriores partes deorsum versas habeat, quum idem auis quae cum eo congreditur efficere nequeat, ita facile eam in fugam vertit, ac sibi victoriam parat.

Τί δηλοῦσιν ἱέρακα γράφοντες.

Θεὸν βοθλόμενοι σημῆναι, ἢ ὕψος, ἢ ταπείνωσιν, ἢ ὑπεροχήν, ἢ νίκην, ἱέρακα ζωγραφοῦσι. θεὸν μέν, διὰ τὸ πολύγονον εἶναι τὸ ζῶον καὶ πολυχρόνιον ἔτι γε μήν, ἐπεὶ καὶ δοκεῖ εἴδωλον ἡλίου ὑπάρχειν παρὰ πάντα τὰ πετεινὰ πρὸς τὰς αὐτοῦ ἀκτῖνας ὀξυωποῦν, ἀφ’ οὗ καὶ ἰατροὶ πρὸς ἴασιν ὀφθαλμῶν τ ἱερακίᾳ βοτάνῃ χρῶνται. ὅθεν καὶ τὸν ἥλιον ὡς κύριον ὄντα ὁράσεως, ἔσθ’ ὅτε ἱερακόμορφον ζωγραφοῦσιν. Ὕψος δέ, ἐπεὶ τὰ μὲν ἕτερα ζῶα εἰς ὕψος πέτεσθαι προαιρούμενα, πλαγίως φέρεται, ἀδθνατοῦντα κατ’ εὐθὺ χωρεῖν. μόνος δὲ ἱέραξ εἰς ὕψος κατ’ εὐθὺ πέτεται. Ταπείνωσιν δὲ, ἐπεὶ τὰ ἕτερα ζῶα οὐ κατὰ κάθετον χωρεῖ πρὸς τοῦτο, πλαγίως δὲ καταφέρεται. ἱέραξ δὲ κατ’ ευθὺ ἐπὶ τὸ ταπεινὸν τρέπεται. Ὑπεροχὴν δέ, ἐπειδὴ δοκεῖ πάντων τῶν πετεινῶν διαφέρειν. Αἷμα δέ, ἐπειδή φασι τοῦτο τὸ ζῶον ὕδωρ μὴ πίνειν ἀλλ’ αἷμα. Νίκην δέ, ἐπειδὴ δοκεῖ τοῦτο τὸ ζῶον, πᾶν νικᾶν πετεινόν. ἐπειδὰν γὰρ ὑπὸ ἰσχυροτέρου ζώου καταδυναστεύηται, τὸ τηνικαῦτα ἑαυτὸν ὑπτιάσας ἐν τῷ ἀέρι, ὡς τοὺς μὲν ὄνυχας αὐτοῦ ἐν τῷ ἄνω ἐσχηματίσθαι, τὰ δὲ πτερὰ καὶ τὰ ὀπίσθια εἰς τὰ κάτω τὴν μάχην ποιεῖται. οὕτω γὰρ τὸ ἀντιμαχόμενον αὐτῷ ζῶον, τὸ αὐτὸ ποιῆσαι ἀδθνατοῦν, εἰς ἧτταν ἔρχεται.

De Accipitris cultu & Symbolis apud Aegyptios, dico in obseruationibus.

 

 

Historia editorial de los Hieroglyphica

 

• Venecia: Aldus Manutius 1505: editio princeps en griego, en un volumen conjunto con las Fabellae de Esopo y otras obras menores, basado en el MS veneciano «Marciano greco 391», del siglo XV.
• Augsburgo 1515: primera traducción latina, de Bernardino Trebazio, dedicada a Konrad Peutinger. Esta traducción –como se lee en el prefacio– es bastante libre; omite sin más todos los lugares corruptos o de significado dudoso. Sin embargo, fue muy popular, como atestiguan sus muchas reediciones: Basilea 1518, París 1530, Basilea 1534, Venecia 1538, Lyon 1542, Lyon 1626 (como apéndice a Valeriano, Hieroglyphica).
• Bolonia: Hieronymus Platonides 1517: segunda traducción al latín, por Filippo Fasanini. Probablemente trabajó sobre la base de un MS griego antes que con el de Aldus; pero esta obra no gozó de la misma popularidad que la de Trebazio.
• Inacabada traducción latina en MS. Viena, Nationalbibliothek: la empezó Willibald Pirckheimer en 1512 a instancias del Emperador Maximiliano I. Contiene 67 jeroglíficos del Libro I, y el primero del Libro II. Publicado por Giehlow en 1915.
• París: Pierre Vidoue 1521: editado por Jean Angeli; el griego se basa en Aldus, y el latín en Trebazio.
• París: Jacques Kerver 1543: primera traducción al francés, de traductor anónimo, ilustrado con 197 grabados generalmente atribuidos a Jean Cousin. El Appendix contiene diez «jeroglíficos adicionales,» incluyendo 1.66, 2.1 y 2.5 de la edición Aldina, más algunos otros tomados principalmente de la Hypnerotomachia Poliphilii.
• Venecia: Gabriel Giolito de’ Ferrari 1547: única traducción italiana, de Pietro Vasolli da Fivizzano, dedicada a Giovanni Battista Terzago. La traducción siguió el latín de Trebazio, con muchas omisiones (de los 119 capítulos del Libro II, ésta solo contiene 81); a pesar de ello fue una edición muy popular.
• MS de una traducción francesa de Michel Nostradamus, hecha en epigramas entre 1543 y 1547. Editada por Rollet, 1968.
• París: Jacques Kerver 1548: griego, con traducción latina de Jean Mercier. Fue reeditada, con el latín revisado por Mercier basándose en un manuscrito que le entregó el impresor Guillaume Morel, en 1551. Con los grabados de la edición de 1543.
• París: Jacques Kerver 1553: el latín de Mercier de 1548, y una traducción francesa probablemente de Jean Martin, el traductor francés de la Hypnerotomachia (también publicado por Kerver, 1546). Con los grabados de la edición de 1543, y con 7 «jeroglíficos adicionales» en apéndice.
• Basilea: Heinrich Petri 1554: traducción alemana del teólogo suizo Johann Herold, con grabados muy pobres.
• Valencia: Antonio Sanahuja 1556: edición griega de Juan Lorenzo Palmireno, profesor de retórica y humanidades de la Universidad de Valencia.
• París: Galliot du Pré 1574: reedición de la versión de Kerver 1553 con sus grabados, pero con el latín de Trebazio, y con 11 «jeroglíficos adicionales» en apéndice.
• Augsburgo 1595: edición griega de David Hoeschel, basada en el MS Monacense griego 419 de Augsburgo (solo ligeramente diferente al de Aldus); con el latín y las observaciones de Jean Mercier de 1548. Esta versión sirvió de base para el texto griego de todas las ediciones siguientes. Reeditada en Augsburgo 1606, Frankfurt 1614 (como apéndice a Valeriano, Hieroglyphica), Leipzig 1626 (solo el texto latino), Colonia 1631, Frankfurt 1678.
• Roma: Aloisii Zanetti 1597: una versión griega latina de Giulio Franceschini «expurgada» para uso en las escuelas, con 184 grabados de escasa calidad. Reimpresa en 1599.
• París 1618: griega y latina, del jesuita Nicolas Caussin, con sus observaciones. En el mismo volumen hay otras obras de simbolismo animal. Aparece previamente con el título Electorum symbolorum et parabolarum historicarum syntagmata, y posteriormente De symbolica Aegyptiorum sapientia en las ediciones de Colonia 1622, 1631, 1654, París 1634 y 1647.
• Utrecht: M. L. Charlois 1727: editado por Cornelius de Pauw, con el griego de Hoeschel y una traducción latina basada en la de Mercier,1548; con todas las observaciones de Mercier y Hoeschel, y con comentarios escogidos de Caussin. La introducción y comentarios de Pauw prueban la presencia de un vasto material no egipcio en los Hieroglyphica.
• Amsterdam-París: Musier 1779: traducción francesa de Martin Requier, quien ya rechaza la autoría de Horapolo y atribuye la obra al traductor Filipo, ubicándolo en el siglo XV.
• Amsterdam: J. Müller 1835: editado por Konrad Leemans. El texto griego se basa en el de Hoeschel, pero se colaciona con tres manuscritos no utilizados. Primer intento de separar sistemáticamente el material egipcio auténtico de las ulteriores adiciones helenísticas.
• Londres: W. Pickering 1839: editado por Alexander Turner Cory, sobre la edición de Leeman. Contiene las imágenes de varios jeroglíficos egipcios auténticos que corresponden a las descripciones del texto. Reimpreso en 1840 y 1987.
• Nápoles 1940: edición de Francesco Sbordone. Compulsado con varios manuscritos nuevos, adopta los criterios más recientes de los egiptólogos y demuestra que hasta las más fantásticas explicaciones de Horapolo pueden rastrearse en los escritores antiguos.
• Bruselas 1943: Traducción francesa, con abundantes comentarios egiptológicos de Badouin Van de Walle y Joseph Vergote, de la Chronique d’Egypte, nos. 38-39.
• Nueva York 1950: traducción inglesa y anotada por Franz Boas. Reimpresa en 1993, con introducción de Anthony Grafton, y los grabados de Alberto Durero.
• Madrid: Akal 1991: Traducción española de María José García Soler, editada por Jesús María González de Zárate. Ilustrado con los grabados y los textos griegos de la edición de 1551. Sus extensos comentarios contienen abundante material sobre paralelos antiguos e influencias renacentistas y barrocas.
• Milán: Rizzoli 1996: edición y traducción al italiano de Mario Andrea Rigoni y Elena Zanco.

 
 

última hora

• ¡Regístrese para nuestras novedades!

• 5.4: RSA: una recapitulación

• 4.4: Edición DVD de Covarrubias, Tesoro de la lengua española

• 18.3: Tesoros de Kalocsa, vol. 1: Salterio MS 382

más...

silva

Discreto Lector

Sancho Panza y la tortuga

Un encuentro con la Inquisición

Fénix en lo alto de la palmera

Canis reversus

La Voz de su Amo

El mejor verso de Virgilio

Comer tortuga, o no comerla

blog de studiolum

•  Chinatown

•  Un viaje a la mente barroca

•  Unde Covarrubias Hungaricè didicit?

más...

biblioteca abierta

• Bibliografía Emblemática Hispánica

• Horapolo, Hieroglyphica 1547

• Alciato, Emblemata 1531

• El Album Amicorum de Franciscus Pápai Páriz

• Ludovicus Carbo, De Mathiae regis rebus gestis (c. 1473-75)

• Epistolario de Pedro de Santacilia y Pax

medio maravedí

Textos y estudios de literatura española medieval y del Siglo de Oro