Historia de la Biblioteca
Catedralicia de Kalocsa
Los precedentes medievales de la actual biblioteca fueron la biblioteca del
cabildo y la biblioteca privada del arzobispo. Desde el reinado de San
Esteban hasta principios del siglo XVI se empezaron a recoger en Kalocsa
entre 300 y 400 códices e incunables. Entonces eran usados, sobre todo, por
profesores y estudiantes de la escuela catedralicia, así como por los
sacerdotes de la archidiócesis. Pero en 1526 el arzobispo Pál Tomori moría
en la Batalla de Mohács contra Solimán I, y en 1529 las tropas turcas
incendiaron la ciudad de Kalocsa. Los miembros del cabildo tuvieron que huir
llevando consigo cuantos bienes y libros pudieron recoger. Solo dos
incunables de aquella colección medieval regresarían a Kalocsa, a inicios
del siglo XX, aunque algunos otros libros todavía se custodian en
bibliotecas dispersas. La mayor parte de la colección medieval se ha perdido
para siempre, y prácticamente toda desapareció durante los 150 años de
ocupación turca de Hungría.
A comienzos del siglo XVIII la reorganización del cabildo se convirtió en uno
de los principales objetivos de los arzobispos en la tarea de reconstrucción
de la archidiócesis. Los miembros del cabildo de la Catedral, los canónigos,
fueron los primeros colaboradores del arzobispo, y ya fuera en en los
trabajos de archivo de los documentos, en las celebraciones litúrgicas, la
docencia en el seminario o la ayuda en el gobierno de la diócesis, todos
necesitaban libros. El estado de las colecciones de la biblioteca del
cabildo durante el siglo XVIII está registrado en algunos inventarios y
catálogos supervivientes. Uno de los primeros inventarios lo redactó el
canónigo György Házy en 1752. Contenía 287 obras en 602 volúmenes.
La
biblioteca del cabildo en el siglo XVIII era usada fundamentalmente por los
sacerdotes de la diócesis. Los préstamos de libros están anotados en unos
recibos adjuntos al tomo del inventario. Según uno de estos recibos, en 1776
el profesor de retórica solicitó en préstamo a la biblioteca el diccionario
en ocho idiomas de Ambrosio Calepino y algunas obras de Séneca y Cicerón.
Uno de los arzobispos bibliófilos más sobresalientes de aquel período, Ádám
Patachich (1776-1784) legó su biblioteca privada de diecinueve mil volúmenes
a la archidiócesis, como atestigua el documento del acuerdo fechado en 1764.
Ordenó juntar la biblioteca arzobispal y la colección del cabildo, y proveyó
su mantenimiento con un fondo especial. Desde entonces la biblioteca es
propiedad común de los arzobispos y del cabildo de la catedral de Kalocsa.
Su nombre oficial es Bibliotheca Metropolitanae Ecclesia Colocensis,
es decir, Biblioteca Catedralicia de Kalocsa.
A Ádám Patachich le sucedió en la sede arzobispal László Kollonich (1787-1817)
que continuó con el coleccionismo de su predecesor. Compró volúmenes en las
bibliotecas de las órdenes religiosas disueltas por Joseph II. Sus
adquisiciones a menudo iban encaminadas a preservar riquezas de gran
importancia para la historia cultural. Desde 1791 ayudó al arzobispo
Kollonich el historiador István Katona. Gracias a su experiencia y
conocimiento de los libros, la colección se enriqueció en este período con
varias obras importantes de historia, geografía e historia de las ciencias.
A
inicios del siglo XIX el número de volúmenes de la biblioteca ya superaba
los cuarenta y dos mil. Mucha gente se acercaba a Kalocsa para visitar la
sala de la biblioteca barroca y sus singulares obras. El libro de visitas de
la biblioteca, abierto en 1813, recoge las firmas de los historiadores
benedictinos Gergely Czuczor y Flóris Rómer, del ministro Ágoston Trefort y
del pintor Mihály Munkácsy con su esposa.
En tiempos más recientes la biblioteca fue acrecentada principalmente por
legados de arzobispos y canónigos. En la segunda mitad del siglo XIX el
número de lectores y de usuarios que pedían libros prestados aumentó
notablemente como consecuencia de la mayor escolarización. Los arzobispos de
los siglos XIX y XX también enriquecieron la biblioteca con aportaciones de
obras contemporáneas. Entre ellos destaca el excelente botánico y bibliófilo
Lajos Haynald. György Császka recogió libros de historia, genealogía y
heráldica, mientras Gyula Várossy fue un erudito en historia y literatura
que dejó en la biblioteca libros tanto húngaros como alemanes, franceses e
ingleses. El legado de József Grõsz lo constituyen libros de teología
pastoral y estudios bíblicos.
La biblioteca tiene hoy alrededor de ciento treinta mil volúmenes, entre ellos
unos noventa mil son libros antiguos y más de ochocientos manuscritos,
contando con sesenta y cuatro códices medievales (de los siglos XI al XVI).
El contenido de estos últimos es muy variado e incluye biblias, salterios,
regulae de órdenes religiosas, colecciones de sermones, así como obras
médicas, jurídicas, astronómicas y obras históricas.
El primer volumen de nuestra colección
de CDs presenta el manuscrito más delicadamente decorado de la
biblioteca. Este códice fue comprado por el arzobispo Ádám Patachich
(1776-1784) en una subasta en Viena en 1782; este mismo año decidía unir su
biblioteca privada con la del cabildo de Kalocsa fundando así la Biblioteca
de la Catedral.
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